El misterio del sufrimiento
Publicado por Seba Martinez , lunes, 21 de marzo de 2011 14:16
Preguntas difíciles si las hay. Es curioso que se pueden obtener miles de respuestas... o ninguna. Lo cierto es que el sufrimiento es algo inevitable, expandido a los horizontes de la vida como la existencia misma: viene en el combo, si alguien quiere vivir, en algún momento de su vida deberá sufrir también. Es interesante que, a pesar de que sufren todos los seres vivos (bacterias, plantas, animales, primates...), los humanos somos los únicos que nos preguntamos el por qué.
Y entonces, como buen ser humano, ¿por qué sufrimos?. Hay muchas formas de encarar esa incógnita; hay cientos de formas de sufrimiento, hay miles de personas sufriendo, y miles de millones de respuestas posibles. Muchos piensan que el sufrimiento surge como consecuencia de nuestros actos, como una especie de justicia universal para el que actúa mal. En el Antiguo Testamento en reiteradas ocasiones Dios permite que su pueblo sufra, un padre disciplina a su hijo con dolor (no necesariamente físico), el sistema penal de cualquier país castiga a los trasgresores de la ley. Desde este punto de vista, el por qué del sufrimiento tiene una connotación moral, viene como castigo por errores cometidos; aunque este argumento no puede ser aplicado en una forma tan superficial.
En la Biblia, el libro de Job desarrolla ampliamente el tema del sufrimiento. Muchos señalan que en el corazón del sufrimiento está la pérdida. Job pierde su familia, su salud, pierde su seguridad e incluso hasta su estatus social; cubierto de llagas de la cabeza a los pies, durante 30 capítulos se enfrenta al por qué de su sufrimiento, sabiendo que no era merecedor de tantas penurias. Un hombre justo ante Dios y los hombres (¡seguramente conocemos personas así!) se enfrenta a esta situación límite ante el silencio de Dios. Sabemos que todo esto fue permitido por Él para probar la rectitud de Job, y aquí surge otra idea: la del sufrimiento como prueba. Aquí tengo mis dudas también, ¿acaso Dios no sabía de ante mano que Job era justo y fiel? ¿necesitaba probarlo a Él, a Satanás, a Job mismo o a sus amigos? Es curioso que Dios en ningún momento le explica a Job el por qué de su sufrimiento.
Pero más llamativo me resulta el descubrir que este mismo Dios es también un Dios que sufre. ¡Qué cuadro tan conmovedor dibuja Isaías en el capítulo 53! El Siervo que sufre... ¡y es que el mismo sufrimiento de Dios tiene dimensiones humanas!. Creo que Jesús es el único humano que tal vez podría explicar el por qué de sus dolores, enfrentándolo de forma totalmente voluntaria. ¡Así lo refleja Él mismo en su charla con Nicodemo! (San Juan 3) Jesús sufrió por amor. Finalmente lo manifiesta de la forma más humana posible en su oración en Getsemaní...
Y lo cierto es que pocas veces lograremos descubrir el por qué de nuestro sufrimiento. Tal vez nunca encontremos explicaciones humanas a este por qué; tal vez, como le pasó a Job, Dios tampoco nos lo explique. Lo único con lo que puedo contar es que, cuando me llegue la hora de sufrir, tengo la compañía de mi Dios de amor que sufrió, ¡y sufre ahora conmigo!.
Sebi te felicito por el blog! :) Tengo mucha expectativa de como va a ir evolucionando!
Te aliento amigo a que no aflojes y sigas!
Si continuas con esta calidad de post vas de diez!
Abrazo!